Jesús F. Contreras |


Nació en Aguascalientes el 20 de enero de 1866. Perteneció a una familia de intelectuales que de alguna manera dejaron huella en su desarrollo. Fue sobrino de José Ma. Chávez, hombre de tradición liberal y primer Gobernador del Estado.

Jesús Fructuoso Contreras ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes de la ciudad de México en 1881. A los 21 años de edad ganó una beca, otorgada por ésta misma escuela, para ir a París a especializarse en fundición artística durante el periodo 1887-1889.

En París se inició como obrero en un taller de bronces ornamentales, después se adiestró como tallador en piedra y luego fue aprendiz en la casa "Allard", especializada en las ramas de escultura y bronces de arte.
En marzo de 1888, ofreció sus servicios para hacerse cargo de la parte de escultura y decoración del edificio con que México participaría en la Exposición Universal de París de 1889.

Su trabajo fue requerido y, después de una brillante actuación de México y del artista en dicha exposición, Contreras regresa a México a finales de 1889, motivado tanto por el compromiso adquirido como becario, de hacerse cargo del taller de fundición de la Escuela Nacional de Artes y Oficios, como por su reciente nombramiento como profesor de dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Tiempo después se independizó de la Academia gracias al apoyo obtenido por el Estado, y con él estableció la Fundición Artística Mexicana. La instalación de la Fundición Artística Mexicana en 1892 dotó a Contreras de la infraestructura para generar la mayor parte de los monumentos públicos erigidos en el país.

El éxito que obtuvo Jesús F. Contreras se debió a la coherencia entre su labor de promoción de la estatuaria pública y su interés por impulsar el mercado de las artes decorativas. Sin embargo la dicha se vería opacada por una terrible enfermedad: cáncer.

En 1898, el gobierno Mexicano lo nombró comisionado General de Bellas Artes en la Exposición Universal de París de 1900. Salió de Veracruz en mayo de 1898 con la encomienda de realizar un trabajo digno para la Exposición Universal y con la esperanza de curar su enfermedad. Lamentablemente el diagnóstico del doctor Tillot fue categórico y procedió a la amputación total del brazo derecho del escultor, el 24 de ese mismo mes.

Contreras ejercitó su brazo izquierdo de tal manera que al cabo de algunos meses consiguió volver a escribir y a manipular el barro. En septiembre de 1899, la Revista Moderna, publicó una fotografía de una de las obras del artista: un busto femenino titulado inocencia, su primera obra modelada solamente con la mano izquierda.

El Gran Jurado de la Exposición Universal honró a Jesús F. Contreras con varias recompensas y premios por su participación en distintas secciones. Sus proyectos (no edificados) para el pabellón de exposiciones, incluidos en el apartado dedicado a los trabajos de arquitectura, le valieron una mención honorífica, mientras que por su intervención en la Sección Retrospectiva obtuvo un diploma. Sin embargo, todas aquellas distinciones resultaron insignificantes al lado del Gran Premio de Escultura y la Cruz de la Legión de Honor que recibió por su obra Malgré Tout.