Refugio Reyes Rivas |


Refugio Reyes Rivas nació el 2 de septiembre de 1862, en la ranchería de La Sauceda, Zacatecas. Cursó hasta el tercer año de primaria en Guadalupe, Zacatecas. A los 14 años fue contratado como albañil para trabajar en las obras de la capilla de Nápoles, en la misma entidad. Gracias a su empeño y talento pronto se convirtió de ayudante en aprendiz, de aprendiz en albañil y, finalmente, llegó a ser maestro de obras.

Durante la década de los 80s del siglo XIX trabajó con ingenieros ingleses y estadounidenses en la construcción del Ferrocarril Central Mexicano en Zacatecas. La experiencia y los conocimientos adquiridos durante esa etapa le permitieron realizar posteriormente, edificios de gran audacia y belleza.

Sus primeras obras de este tipo son el Gran Mercado de Zacatecas y la torre del reloj del convento franciscano de Guadalupe.

Inicia su trabajo en Aguascalientes gracias a Antonio Morfín Vargas, comerciante y terrateniente de la localidad quien lo comisionó para la realización del proyecto de construcción del templo de San Antonio, que comenzaría a edificarse en 1896. Éste y otros trabajos, encargados por familiares y amigos de Morfín, decidieron a Refugio Reyes a trasladarse a Aguascalientes, donde realizaría la mayor parte de sus obras.
El trabajo de Refugio Reyes es contemporáneo y mantiene paralelismos con las tendencias internacionales de la época. En sus construcciones maneja en perfecta armonía formas góticas, románicas, bizantinas, prehispánicas, barrocas, mozárabes y art nouveau, aunque sin sujetarse a sus reglas y cánones.

Por otra parte Reyes realizó numerosas obras para los gobiernos estatal y municipal, además de reparaciones y adecuaciones de edificios públicos. Trazó también calles y puentes. Su labor fue de tal magnitud que en la década de los veinte fue nombrado director de obras Públicas del Ayuntamiento de Aguascalientes. Más tarde, Refugio Reyes llegó a ser contratista de Carlos M. Lazo y Federico Mariscal, en obras que habían sido solicitadas a los mejores arquitectos de México. Entre sus clientes pueden mencionarse: el Banco de México, la Mansión Escobedo, el Castillo y Chalet Douglas. Además realizó proyectos y obras de casas económicas.

A pesar de haber realizado las obras más importantes de la entidad en un lapso de 45 años, Don Cuco, como se le conocía, cobraba honorarios modestos como cualquiera de sus maestros de obra. Vivió austeramente hasta el fin de sus días, acaecido el 3 de febrero de 1943.

En enero de 1985, la Universidad Autónoma de Aguascalientes le otorgó el título Arquitecto post mortem.