Hacienda de Cieneguilla |


Ubicada a 37 kilómetros al suroeste de la capital de estado, y aproximadamente a 20 Km. al oriente de la hacienda de Peñuelas, tomando un camino estatal que conduce hacia el aeropuerto, hay que desviar hacia la derecha por un camino vecinal que atraviesa varias comunidades pequeñas como Buenavista de Peñuelas, providencia de abajo,  Tanque de los  Jiménez y San Pedro Cieneguilla y un poco más adelante hacia la izquierda por un camino de terracería llegamos al punto en cuestión. Este lugar se encuentra a 4 Km. De la carretera que conduce a Villa Hidalgo.
 El término de Cieneguilla significa tierra donde abunda el agua, el sácate y la flora estancada. Debido a que este lugar tiene estas características, a ello debe su nombre.
 Los frailes de la orden de la compañía de Jesús, adquirieron la hacienda hacia 1615, y contribuyeron a extender enormemente sus propiedades y le dieron un gran impulso, ya que en ese entonces los jesuitas eran los mejores administradores de haciendas.
 Hacia 1772 la hacienda de Cieneguilla figuraba ya entre las más importantes y extensas de la región, cuyo casco albergaba a 460 personas. Veinte años más tarde sus propiedades comprendían 18 ranchos dependientes.  Contaba con abundantes recursos como maderas de mezquite, buenas tierras, y en ese lugar se criaban los mejores  caballos de raza española.  
Adquirida por el Conde de Regla este intentó convertirla en una hacienda de reses bravas introduciendo ganado español de exportación.  En 1803 la vendió al Conde Diego de Rul, quien la mantuvo como hacienda ganadera. Durante todo el siglo XIX el avance del parvifundismo fue en aumento la haciendo comenzó a perder terrenos. Durante el porfiriato la hacienda de San José de Cieneguilla fue propiedad de Don Miguel Rul, senador por Aguascalientes.  El último dueño fue el Ing. José Rivera Río.  En 1906 antes de la afectación agraria contaba casi 30,000 hectáreas y alrededor de 700 habitantes.
 La capilla de Cieneguilla se construyó en 1751 por Fray Sebastián de Vergara, administrador jesuita de la hacienda.  La fachada es muy sencilla en el cuerpo bajo la puerta es polilobulada y contiene dos nichos vacíos; en la parte superior un óculo polilobulado que deja filtrar la luz hacia el interior de la capilla, y en el remate un nicho cuyo santo esta ausente.  Cuenta con una sola torre de campanario, y encima de la misma una pequeña cúpula con linternilla.  


 
La Casa Grande es de gran tamaño. 

En el exterior izquierdo se observa una torre de vigilancia, lo que nos habla de los periodos de inseguridad por los ataques de los indios chichimecas, cuatreros y bandidos, la entrada nos recibe con tres arcos de medio punto; la puerta de acceso, bellamente labrada, compuesta de dos pilastras salomónicas, arco de medio punto, la ornamentación es a base de guirnaldas, hojas de acanto, ángeles y querubines.  

En el interior, hermosamente labrados con figuras de monstruos alados; toda la arquería esta también ricamente elaborada con bajorrelieves.


El centro del patio se ubica una pequeña fuente y alrededor una huerta con árboles frutales, lugar que fue de meditación cuando allí vivieron los frailes.