Hacienda de Garabato |


Situada a 32 kilómetros de la ciudad de Aguascalientes, se llega a ella por un camino asfaltado que parte de San Francisco de los Romo, en dirección norponiente, población que dista 8 kilómetros. 
Esta antiquísima hacienda que data del siglo XVII, y que fue de las primeras a nivel nacional en contar con ganado de toros de lidia, debe su nombre a una hierba espinosa que abunda en la región llamada “garabatillo”.
El nombre verdadero y original es Hacienda de San Isidro Labrador. En sus buenos tiempos alcanzó una extensión de 10 mil hectáreas dedicadas a la agricultura y a la ganadería.
La fachada de la casa grande es de estilo neoclásico, nos da la sensación al observarla de equilibrio simetría y sencillez, y lo mismo ocurre al introducirnos al patio. 
En este se encuentra decorado con motivos taurinos tales como: cabezas de toros indultados y cartelones de las corridas en que la ganadería ha participado. 
El zaguán y algunas habitaciones conservan pinturas de una riqueza policromada, muy del gusto de la época porfiriana, simulando cortineros colgantes; en particular llama la atención la ornamentación pictórica de estilo Rococó en el techo del comedor, el cual esta decorado con pinturas cuyos temas son elementos vegetales y frutales, lo que le da a esos rincones una sensación de frescura.  
En los alrededores de la hacienda todavía se conservan, aunque en estado ruinoso, algunas dependencias que nos hablan de la gran importancia que en un tiempo tuvieron estas unidades productivas entre las que destacan, la tienda de raya, las caballerizas, las trojes y una primitiva capilla sin techo que data del siglo XVII, todas ellas construidas de gruesas paredes de adobe.  
El casco de la hacienda y sus alrededores cercanos se encuentran bardeados, lo que nos habla de que hubo tiempos de inseguridad en los que se temían a taques de bandidos, razón por la cuál los hacendados decidieron amurallar la finca.