Hacienda de Ojocaliente |


La casa grande y las distintas dependencias de la exhacienda del Ojocaliente, se localizan al oriente de la ciudad, ya dentro de sus límites.  Se accede a sus instalaciones por la avenida tecnológico o la salida a San Luis Potosí.

 

La hacienda del Ojocaliente se formó en el siglo XVIII, y desde entonces, sus generosos mantos termales fueron su principal característica.  
Para el siglo XIX llegó a tener una extensión de 4160 hectáreas; sus terrenos, pobres en cuanto a su productividad,  no redituaban grandes beneficios agrícolas, ni se prestaban para la ganadería extensiva, ya que resultaban insuficientes los espacios verdes para el pastoreo de grandes rebaños. 
Otro ingreso re recursos era la venta de materiales de construcción, tales como cal, ladrillo, adobe, y en especial la piedra llamada matacán, pues dentro de sus límites existían bancos de piedra.  
Hacia la izquierda, la capilla doméstica, construida a fines del siglo pasado, fue puesta al servicio también de la peonada y actualmente tiene acceso a ella cualquier persona que desee visitarla. La portada, realizada a base de piedra de matacán, es de estilo neoclásico, así lo manifiesta las pilastras toscanas que flanquean la puerta de acceso, el arco de medio punto y el tímpano quebrado en la parte superior. En lugar de torres, tiene una espadaña con tres arcos ojivales para las campanas, trofeos a los lados y un remate mixtilíneo con trifolios.  

 

El interior consta de una pequeña nave, bóveda de cañón con tres entreejes, paredes pintadas de blanco con filos dorados, y al fondo como remate visual, un pequeño altar de características eclécticas de preponderancia neogótica.  
El acceso al interior de la casa está restringido, debido a que es la casa habitación de sus propietarios. Consta de un patio principal, pasillo con techo de viguería, una arcada de medio punto sobre pilastras, piso de ladrillo de barro rojo calado, una pequeña fuente de planta octagonal con azulejo de talavera en el interior, y todo rodeado de abundantes plantas que le otorgan al lugar una sensación de frescura. Las distintas habitaciones en torno al patio, tales como la sala, el comedor, la biblioteca, el oratorio familiar, son espacios decoradas con un toque tradicional y que conservan finos objetos y muebles antiguos.
A los alrededores de este lugar todavía  es posible observar algunas de las dependencias de servicio de la hacienda, como son las caballerizas, hoy convertidas en espacios jardinados y acondicionadas como aulas, ya que aquí estuvo un tiempo las instalaciones provisionales de la Universidad Bonaterra. Asimismo, existen las trojes donde se almacenaban los granos.