Antecedentes de la Feria |


SUSPENSIÓN Y ESTABLECIMIENTO DE LA FERIA


Según Cayetano Guerrero acérrimo enemigo de la independencia de Aguascalientes, la feria vino a menos en 1835, para Don Cayetano , los festejos habían cobrado siempre gran animación , estimulando el tráfico y "civilizando el país con la concurrencia y el comercio extranjeros", pero las levas, los cobros aduanales, las "requisiciones de arrieros y de mulas" y ciertas medidas "arbitrarias" del Gobernador García Rojas, tuvieron como consecuencia inevitable el descrédito de la verbena y en julio de 1837, el Ayuntamiento de Aguascalientes dirigió una nota a la Junta Departamental sugiriendo que los ya tradicionales festejos fuesen suspendidos. La junta declaró estar "bien persuadida" de las razones más obvias de utilidad, necesidad y conveniencia pública que expone el Ayuntamiento.

Después de analizar la situación se decidió que para restablecer la feria era necesario un Reglamento especial que comprenda no solo una buena policía sino todos los demás objetos para poner un dique a la inmoralidad y corrupción de las costumbres.

Bajo esta modalidad la feria volvió de nuevo a celebrarse. La medida provocó el regocijo de vecinos y comerciantes. Además el Ayuntamiento dispuso la celebración de corridas de toros y peleas de gallos, el establecimiento de mesas de juegos, el acomodo de carpas destinadas a proteger a los vivanderos y el pago de los policías que se encargarían de mantener el orden.

El Parián continuo siendo la sede de la feria hasta 1851, cuando se acordó que el jardín de San Marcos, cuya balaustrada había sido construida hace poco, fuera el nuevo anfitrión de los festejos. Se pensaba con no poca razón que un paseo arbolado y amplio proporcionaría un grado de comodidad que el Parían no podría ofrecer. Además se dispuso que la feria tuviera verificativo ya no en noviembre , sino en Abril, cuando el jardín ofrecía mejor aspecto y se celebraban las fiestas en honor del evangelista . Estos cambios por lo demás, revelan que la feria perdía poco a poco su originario carácter mercantil y que en cambio, los ingredientes lúdicos (actividades de juego) adquirían una relevancia creciente.


EL JARDÍN DE SAN MARCOS


La idea de construir el jardín de San Marcos nació del Ayuntamiento en 1831, según una declaración del Síndico José Valadez, la corporación había pensado en "el engrandecimiento de la ciudad" y en "proporcionar un paseo para el regalo de sus habitantes". Se eligió el barrio de San Marcos, y en el un terreno que pertenecía a la Curia Eclesiástica de Guadalajara. Por medio del Cura párroco, José María López de Nava, se acudió a la sagrada mitra, la cual dio permiso para que se enajenará el predio, con la circunstancia de que los 400 pesos en que fue valuado quedarían impuestos a censo, pero no sobre las obras del jardín que se pensaba construir, sino sobre los fondos municipales.

Con este terreno y con otros solares anexos de que disponía el Ayuntamiento, se conformó la superficie de lo que sería el jardín. Se plantaron árboles, se trazaron caminos interiores, se construyó en el centro un quiosco, se sembraron flores y pequeños arbustos a lo largo de todo el perímetro. De esta manera el jardín quedó convertido muy pronto en uno de los rincones preferidos por el vecindario En el centro del jardín "fue colocada una hermosa asta bandera de 16 a 18 varas de altura", en la cual era izada la bandera durante las ceremonias cívicas.


MEDIDAS QUE DIERON MAYOR LUCIMIENTO DE LA FERIA


A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, el Ayuntamiento estuvo constantemente tomando medidas que contribuyeran al lucimiento de las fiestas. Se quería que Aguascalientes ofreciera en esos días un aspecto agradable, lleno de animación, todo ello hacía de la feria de San Marcos "una de las más hermosas entre las que tiene lugar en distintos puntos de la república", la concurrencia era tan nutrida que la municipalidad se vio obligada a dictar medidas que reglamentaran la verbena, así por lo menos de 1872 existía un "Reglamento de vivanderos" y la feria alcanzo fama y éxito. El ayuntamiento disponía todo lo necesario, desde la compra de mecheros destinados a asegurar el buen alumbrado del jardín de San Marcos, hasta la formación de un cuerpo de vigilancia especial, que lo mismo incluía policías que serenos.


FIESTA BRAVA


Desde sus primeros años la feria de Aguascalientes encontró en las corridas de toros uno de sus mayores atractivos. El Ayuntamiento, organizador de la verbena disponía que para esparcimiento del público, cada vez más nutrido se celebrasen doce o más festejos taurinos en el coso.

El coso, más que un edificio convenientemente construido, tenía fachada de local provisional, hecho de madera. Los munícipes suministraban dos o tres parejas de policías, encargadas de la difícil tarea de conservar el orden, una banda de músicos que amenizara el festejo y el agua necesaria para regar el ruedo. Junto con la lidia de los toros propiamente dicha, el empresario divertía al público con uno o dos locos, cuyas audacias y gracejos eran muy gustados.

Para la feria de 1830, previendo que el Parían estaría casi concluido y que el número de visitantes se acrecentaría bastante, el Ayuntamiento dirigió al congreso zacatecano una representación solicitando permiso para montar unas corridas de toros durante los días de la verbena.

Hasta 1849 las corridas se estuvieron celebrando en placitas portátiles, llenas de remiendos, incomodas. Según nuestros datos, fue José María López de Nava el primero en construir una plaza en forma . Hay constancia de que en agosto de 1849, Don José María estaba "fabricando una plaza de toros en el paseo de San Marcos", en terrenos de su propiedad y que "para completar el anillo" se compró a Sixto Maldonado un pequeño solar con una superficie aproximada de 200 metros cuadrados.

Posiblemente ese mismo año o a más tardar el año siguiente, la Plaza del Buen Gusto (ese fue el nombre con el que se bautizó) estaba ya construida y en ella se celebraban las corridas de Toros.


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